Expedición científica a Bahía Inútil realiza hallazgo inédito de una larva de pez hielo
Se esperaban hallazgos en la expedición que el equipo del Programa Marino de Rewilding Chile emprendió en julio de 2024 a Bahía Inútil, en la costa occidental de Tierra del Fuego, pero quizás no uno tan significativo como la aparición de una larva de pez hielo (Champsocephalus esox), un habitante endémico de las aguas frías, profundas y ricas en oxígeno del sur de la Patagonia que no es fácil avistar y menos en ese estadio temprano de vida.
El descubrimiento se produjo como parte de una investigación colaborativa entre la fundación y las universidades de Magallanes y Valparaíso, cuyo fin fue realizar una caracterización integral del ecosistema de Bahía Inútil, abarcado tanto al zooplancton como a las comunidades de las profundidades y a las que están asociadas a los fondos marinos.
La larva de pez hielo fue capturada con red bongo, metodología que sirve para recolectar a los animales suspendidos en la columna del agua, como crustáceos, krill y medusas. “Es el primer registro documentado de Champsocephalus esox en estado larval y, como tal, un aporte a la generación de conocimiento científico de la diversidad marina de Bahía Inútil”, comentó Mathias Hüne, director del Programa Marino de la fundación.
Por la singularidad del descubrimiento, el espécimen -de 2 cm. de longitud- fue donado al Museo Nacional de Historia Natural, donde se integró al catálogo de zoología de vertebrados, en el que hay dos adultos y otra larva de Chionobathyscus dewitti (pez hielo cocodrilo).
“Tener ejemplares en estadios larvales es muy relevante para propósitos de identificación, considerando que los cambios en peces óseos durante su desarrollo individual muchas veces son considerables. Al ser el museo una institución pública se ayuda a toda la comunidad ictiológica de Chile y el mundo, dando cuidado y acceso de todo este material de referencia”, explicó el biólogo Ignacio Contreras, revisor de la colección de peces del MHNH.
Los peces de hielo son un ejemplo de adaptación a ambientes de mucho frío. El que más resalta es Chaenocephalus aceratus, de cuerpo translúcido, sin escamas y sangre incolora, por donde circula el oxígeno sin necesidad de pigmentos transportadores como la hemoglobina. De las 16 especies reconocidas, sólo el que se recolectó en Bahía Inútil vive fuera de la Antártica, pues se distribuye en distintas zonas del Estrecho de Magallanes, Tierra del Fuego, Canal Beagle e islas Falkland/Malvinas. Puede llegar a medir 30 centímetros y el pueblo yagán lo llama “tsataki”.
Según datos de estudios y observaciones de las capturas de los pescadores, esta especie ha decrecido un 30% durante las últimas tres generaciones, por lo que la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) la clasificó como vulnerable en 2019.
La gran riqueza en biodiversidad de Bahía Inútil
Además de la larva de pez hielo, la expedición a Bahía Inútil dejó como resultados una caracterización integral de los ensambles de los fondos marinos. El académico de la Universidad de Magallanes, Américo Montiel, resaltó la enorme biodiversidad de organismos presente en un área en la que, al ser de libre acceso, se desarrollan actividades extractivas de recursos marinos como centolla, cholgas y erizos.
“Dentro del campo de la exploración ecológica en la región de Magallanes existen sectores que presentan poco o casi no cuentan con información. Bahía Inútil es una de estos. Ahora, en términos concretos, se ha levantado una gran cantidad de información ecológicamente relevante, desde cuántas especies hay hasta sus patrones de distribución y biomasa”, indicó.
Tras el análisis de las muestras recogidas mediante red bongo, uso de cámaras robóticas submarinas y draga, fueron identificadas más de 100 especies diferentes de invertebrados invisibles al ojo humano, como gusanos marinos, caracoles, almejas, así como casi 150 categorías de organismos enterrados en el sedimento, en su mayoría poliquetos, un tipo de gusano que desempeña un rol importante en las cadenas tróficas marinas y en el reciclaje de materia orgánica.
“La biodiversidad del sector es impresionante, sobre todo en los sedimentos del fondo marino. Como en una pirámide: mientras más abajo, más vida”, comentó Mathias Hüne, director del Programa Marino de la fundación. “Los datos obtenidos no solo aportan un conocimiento fundamental sobre la biodiversidad y dinámica ecológica del área, sino que también constituyen una base sólida para la toma de decisiones informadas relacionadas con su conservación”, puntualizó.
Además de las consecuencias que el cambio climático está dejando en las aguas del mundo, Bahía Inútil enfrenta amenazas locales como la sobrepesca y los microbasurales y otras potenciales como la instalación de industrias generadoras de energía. De hecho, en 2023, el sector fue identificado en el Foro para la Conservación del Mar Patagónica y Áreas de Influencia como uno de los ocho macro-ecosistemas patagónicos con nula o bajísimo nivel de protección, entre ellos las costas y fiordos de Chiloé, los fiordos de la Patagonia Central y la bahía Nassau Hornos.

